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El trastorno límite de la personalidad (TLP) es una enfermedad mental incapacitante y difícil de tratar. Una de sus características principales es una dificultad significativa en la regulación del afecto, que a menudo se acompaña de auto-lesión no suicida (NSSI). Se sugiere que este tipo de comportamiento provoca emociones positivas y mitiga la angustia emocional, y por lo tanto, en última instancia puede ser reforzado y promovido. A pesar de la alta prevalencia de comportamientos NSSI (también en muestras no BPD), su papel en la modulación de los procesos relacionados con la recompensa aún no se ha investigado en pacientes con DBP. En el presente estudio se abordó esta falta de investigación. Una gran muestra de pacientes BPD (N = 40), dividida en dos grupos dependiendo de la presencia de NSSI, y un grupo de controles sanos pareados se sometió a resonancia magnética funcional (IRMf) mientras realizaba una tarea de juego. Los pacientes que cometieron actos NSSI mostraron una activación mejorada de la corteza orbitofrontal después de una recompensa inesperada, en comparación con los controles y los pacientes BPD sin comportamiento NSSI. Además, el grupo NSSI mostró una disminución de la conectividad funcional entre la corteza orbitofrontal izquierda y el giro parahippocampal derecho. Estos hallazgos podrían sugerir una disminución de la capacidad para actualizar las asociaciones de recompensas de las posibles opciones cuando tanto BPD como NSSI están presentes. Proponemos que la presencia de NSSI implica alteraciones en el sistema de recompensa independientemente de BPD, y por lo tanto puede ser considerado como un posible fenotipo de recompensa relacionadas con alteraciones.