Publicacions

OBJETIVOS: Recientemente, el DSM-V ha desarrollado una nueva categoría de diagnóstico llamada "trastornos adictivos y relacionados con sustancias". Esta categoría incluye los trastornos del juego (GD) como la única adicción conductual, pero no incluye la adicción al sexo (SA). El objetivo de este estudio es investigar si SA debe clasificarse más de cerca de otras adicciones comportamentales, a través de una comparación de las características de la personalidad y la psicopatología comórbida de individuos con SA con los de individuos con GD, que entra en la categoría de la adicción y trastornos relacionados con substancias.
MÉTODO: La muestra incluyó a 59 pacientes con diagnóstico de SA, que se compararon con 2.190 sujetos con diagnóstico de GD y 93 controles sanos. Las medidas de evaluación incluyeron el Cuestionario breve de diagnóstico de juego patológico, Cuestionario de juego patológico de South Oaks, Cuestionario de 90 Síntomas-Revisado (SCL-90) e Inventario del Temperamento y el Carácter-Revisado (TCI-R).
RESULTADOS: No se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los dos grupos clínicos, a excepción de la situación socioeconómica. Aunque se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los dos grupos clínicos y los controles para todas las escalas del SCL-90, no se encontraron diferencias entre los dos grupos clínicos. Los resultados fueron diferentes para las características de personalidad: los modelos de regresión logística mostraron que la conducta adictiva al sexo se predecía por un nivel de educación superior y por menores calificaciones de TCI-R en búsqueda de novedad, evitación del daño, persistencia y auto-trascendencia. Estar empleado y presentar puntuaciones más bajas en cooperativismo también tendían a predecir la presencia de adicción al sexo.
CONCLUSIONES: Mientras SA y GD comparten algunos rasgos psicopatológicos y de personalidad que no están presentes en controles sanos, también hay algunas características diagnósticas específicas que diferencian a los dos grupos clínicos. Estos hallazgos pueden ayudar a aumentar nuestro conocimiento de fenotipos existentes en adicciones comportamentales.